Un candidato de unidad que nace con recelos

Por muchos cómics que se paguen para realzar la figura de un político, desde lejos se nota cuando llegan sin hambre. Eso, y el que el premio de consolación (“Plan B”, le dicen ellos) que le ofrecieron a Clemente Castañeda en Guadalajara, hicieron que al final éste se viera obligado a declinar para dejarle el camino libre a Pablo Lemus como eventual candidato a la gubernatura de Jalisco por Movimiento Ciudadano.

Cuando tú leas estas letras, el chaparrito que despacha en Guadalapopan ya habrá firmado su registro como aspirante a la gubernatura. Y va sin rivales desde el lado naranja, porque en lo público el mensaje que se expone es que van en unidad. En lo público, porque en lo privado hubo muchos ceños fruncidos en la esquina del senador.

Lemus se acompañó de un petit comité: familia y amigos. No hubo parafernalia de partido, vítores, acarreados y otras prácticas que gustan a quienes ya se sienten en la toma de protesta.

Aunque públicamente lo hicieron cansado hasta que el gobernador en turno finalmente publicó que había “cerrado ciclo” (jé) en la política electoral, los indicadores mostraban que sólo había un candidato que podía garantizar la permanencia del partido naranja en Jalisco. Porque Morena, con sus muchos detractores, jala como marca incluso si el candidato designado es una capirotada.

Entonces, la “unidad” ya estaba definida en Casa Jalisco. El tema en discordia era dónde acomodar al resto de los suspirantes que han picado piedra y quieren escalar en su carrera política. Porque, TikTok o Instagram aparte, Verónica Delgadillo, Alberto Esquer y Salvador Zamora también quieren su trozo de pastel.

Tlaquepaque no tiene muchas trabas: Citlalli Amaya buscará la reelección. En Tlajomulco, el gobernador ya se había comprometido con Quirino Velázquez, aunque eso a Salvador Zamora no le haga mucha gracia.

Tras analizar las encuestas, a “Pachis” -como le apodan a Clemente- lo trataron de convencer por la alcaldía de Guadalajara. No era un movimiento de consolación, sino con todo el interés de prepararlo en un cargo ejecutivo de alto perfil de cara a 2030. Pero Verónica Delgadillo y Salvador Zamora ya hicieron público que también quieren hincarle el diente a ese pastel.

Ahí está el engaño de la unidad: Que Clemente buscaba la candidatura grande de Jalisco y, unas cuantas encuestas después, se dio cuenta de que pondría en serios aprietos a una marca desgastada por tres años de pandemia y un gobernador que lo mismo regaña a reporteros que se va de vacaciones cada tres semanas, le hagan falta o no.

Clemente no es un mal político. Es, de hecho, uno con nivel retórico y sentido común: lo mínimo que se pide en estos tiempos. Por eso, él se dio cuenta de la situación y actuó en consecuencia. Porque habría tenido un amplio respaldo con el aparato del partido en lo local… pero sin la simpatía de la dirigencia nacional que ya flirteaba con el chaparrito Lemus desde mucho tiempo atrás.

Hacer evidente su molestia habría enviado un mensaje de desunión. Pero en el discurso que dio para explicar sus razones por las que no contenderá por la gubernatura reveló una gran verdad: Movimiento Ciudadano enfrentará la elección más complicada en su historia contra una marca poderosa en Morena enfrente, que apunta a una alianza con Futuro y Hagamos, y con un aparato de Estado dispuesto a perpetuarse como el hilo conductor de México.

La historia de MC es breve, pero está ampliamente desgastada por un Gobierno indolente y peleado con todos. Aunque no se lo digan de frente al gobernador, los naranjas tienen miedo de perder Jalisco por sus arrebatos y es por eso van con quien atrae las mayores simpatías… hasta el momento.

Pablo Lemus jugó sus cartas y lo hizo bien. Delegó a su presidente municipal interino, pero garantizó la reelección de Frangie en Zapopan. Estiró hasta donde pudo y al final se permitió elegir cuáles batallas defender. Siempre quiso a Guadalajara como trampolín para Jalisco y, aún como candidato externo (recordemos que no está afiliado a MC), será el invitado de honor en el MerCedes de Dante para tratar de darle seis años más de vida al partido, gracias a los votos de los jaliscienses.